Parque canino de Las Cigüeñas
Pisar una caca de perro se supone que trae suerte, sobre todo si es con el pie izquierdo (o, según otra escuela, el derecho), a lo mejor por una asociación tradicional entre estiércol y fertilidad. Esta creencia surgiría, sin embargo, cuando había menos mascotas paseadas por el espacio público, porque la suerte ya no da para repartir entre tantos afortunados.
Valoramos, pues, la intención del ayuntamiento de darle una vuelta al parque canino de Las Cigüeñas, según anunció el alcalde en enero. Un expendedor de bolsas con bolsas dentro y unas puertas fáciles de abrir y cerrar vendrían fenomenal. Pero la cuestión de las caquitas va más allá, y vendrían bien unos expendedores de bolsitas en distintos sitios (ver ejemplo a la derecha), como otros parques o cerca del río, para que se pudiera pasear por la ribera pisando tranquilamente. O con un palito cualquiera se puede quitar una caquita del camino.
Creemos asimismo que conviene trabajar el civismo de los dueños, que son los responsables últimos de las deposiciones. Otros municipios han realizado campañas en este sentido. Antes de tratar de guarros a la gente o de amenazar con multas, se podría apelar al buen ciudadano que todos llevamos dentro. Y a lo mejor, más que el típico can representado en el acto, lo que más les llegaría a los dueños sería una imagen de perrito adorable. Adjuntamos ejemplos de cartel sensibilizador.
Actualizacion: Otras referencias que nos han recomendado son el ejemplo de Torrelodones y su gran caca hinchable, y el cartel existente del ayuntamiento (más abajo), que se podría difundir un poco más.